
La Romería de Ourense, celebrada cada año durante el mes de septiembre, es mucho más que una simple fiesta religiosa o un evento folclórico; es el corazón latente de la identidad orensana. Constituida alrededor de la figura de San Cosme y San Damián, patronos de la ciudad, la Romería ha evolucionado a lo largo de los siglos, transformándose en una tradición profundamente enraizada en la vida social, económica y cultural de la provincia. Su importancia trasciende generaciones, siendo transmitida de padres a hijos como un legado invaluable.
Para comprender la relevancia de este evento, es necesario entender su compleja historia. Sus orígenes se remontan al siglo XVII, precisamente a una epidemia de peste que asoló la ciudad y que, según la tradición, fue frenada por la intercesión de los santos médicos. Desde entonces, en señal de agradecimiento, la ciudad se volcó en su devoción, dando lugar a una festividad que ha perdurado hasta nuestros días, adaptándose a los cambios sociales pero conservando su esencia.
El Componente Religioso
El pilar fundamental de la Romería es, sin duda, el acto religioso en honor a San Cosme y San Damián. La solemne misa en la Catedral, repleta de fieles, marca el inicio oficial de las celebraciones. Es un momento de profunda fe y recogimiento, donde los orensanos expresan su devoción a los santos patronos y solicitan su protección. La asistencia a la liturgia es considerada un acto de piedad y una muestra de compromiso con las tradiciones.
Asimismo, las procesiones que recorren las calles de la ciudad, con el relicario de los santos médicos en hombros, ofrecen un espectáculo visualmente imponente y emocionalmente conmovedor. Estas peregrinaciones significativas involucran a cofradías, hermandades y grupos parroquiales, que desfilan con fervor y dedicación, acompañados de música y cánticos religiosos. La participación es abierta a todos los fieles, creando una atmósfera de comunión y devoción colectiva.
No se limita la celebración religiosa solo a los actos oficiales dentro de la Catedral. En las casas particulares, las familias realizan sus propios altares adornados con flores y velas, en los que se colocan imágenes de los santos y se reza por los difuntos y por la salud y el bienestar de la comunidad. Este aspecto íntimo y personal de la devoción complementa los actos públicos y refuerza el vínculo entre los orensanos y sus patronos.
La Feria Franca y su Impacto Económico
Paralelamente al componente religioso, la Feria Franca constituye un atractivo crucial de la Romería. Este mercadillo histórico, que se extiende por el casco antiguo de la ciudad, ofrece una amplia variedad de productos artesanales, gastronómicos y folclóricos, atrayendo a miles de visitantes cada año. La Feria Franca es una oportunidad única para adquirir objetos únicos y disfrutar de la riqueza cultural de la región.
El impacto económico de la Romería en la ciudad es considerable. La afluencia masiva de personas genera un aumento significativo en la ocupación hotelera, en el consumo en restaurantes y bares, y en las ventas de los comercios locales. La Feria Franca, en particular, dinamiza la economía local, proporcionando una plataforma para la promoción y comercialización de los productos de los artesanos y productores de la provincia.
Más allá del impacto inmediato en el sector turístico y comercial, la Romería contribuye a la creación de empleo temporal y al fortalecimiento de la imagen de Ourense como destino turístico y cultural. La organización del evento requiere la contratación de personal para la logística, la seguridad, el montaje de los puestos de feria y la atención al público, generando oportunidades laborales para los residentes locales.
Las Tradiciones y Costumbres

La Romería de Ourense está impregnada de tradiciones y costumbres ancestrales que se transmiten de generación en generación. Una de las más emblemáticas es la de las pulpeiras. Estas mujeres, ataviadas con trajes tradicionales, se dedican a cocinar y vender pulpo a la gallega en puestos ambulantes, ofreciendo un manjar indispensable de la Romería.
Otra tradición arraigada es la de los mayordomos. Estos individuos, elegidos entre los fieles, asumen la responsabilidad de organizar los actos religiosos y festivos de la Romería durante un año, demostrando su compromiso y devoción a los santos patronos con un desinteresado trabajo. La elección de los mayordomos es un evento social importante, y su labor es muy apreciada por la comunidad.
Además de estas tradiciones principales, existen otras costumbres populares, como el lanzamiento de confeti durante las procesiones, la degustación de los tradicionales dulces orensanos y la participación en los concursos de bandas de música. Estas pequeñas pero significativas expresiones culturales contribuyen a crear un ambiente festivo y alegre durante la Romería.
El Sentimiento de Pertenencia
La Romería es un espacio de encuentro y convivencia para los orensanos, un momento para reencontrarse con amigos y familiares, y para celebrar juntos su herencia cultural. La participación en las celebraciones refuerza el sentimiento de pertenencia a la comunidad y promueve la cohesión social. La Romería trasciende las diferencias sociales y políticas, uniendo a todos los orensanos en una experiencia compartida.
El evento despierta un profundo sentido de orgullo en los residentes de Ourense. La Romería es una oportunidad para mostrar al mundo la riqueza cultural de la provincia, su gastronomía, su artesanía y su hospitalidad. Los orensanos se sienten orgullosos de sus tradiciones y se esfuerzan por mantenerlas vivas, transmitiéndolas a las nuevas generaciones.
La Romería también crea un fuerte sentimiento de nostalgia en aquellos orensanos que se han mudado a otras ciudades o países. Muchos regresan a Ourense durante la Romería para revivir recuerdos, reencontrarse con sus raíces y compartir con sus seres queridos la alegría de la fiesta. La Romería se convierte así en un símbolo de la identidad orensana en la diáspora.
Conclusión
La Romería de Ourense es, en definitiva, mucho más que una simple fiesta; es una manifestación cultural y religiosa que define la identidad de la ciudad y de sus habitantes. Su importancia radica en su capacidad para unir a la comunidad, promover sus tradiciones y fortalecer el sentimiento de pertenencia. La preservación de esta tradición es fundamental para garantizar la continuidad de la cultura orensana.
En un mundo cada vez más globalizado y homogeneizado, la Romería de Ourense se erige como un baluarte de la autenticidad y el arraigo a las raíces. Es un evento que nos recuerda la importancia de valorar y proteger nuestro patrimonio cultural, y de transmitirlo a las futuras generaciones. La Romería es el alma de Ourense, un legado invaluable que debemos cuidar y celebrar con orgullo.