
El casco antiguo de Pontevedra, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es un laberinto de calles empedradas que respiran historia en cada esquina. Su origen medieval se manifiesta en la arquitectura y el trazado urbano, pero también en las huellas que el río Lérez dejó en su desarrollo. Antiguamente, el río era la principal vía de comunicación y, por ende, un eje fundamental para la actividad comercial de la ciudad, lo que se evidencia en la presencia de diversos embarcaderos y muelles.
Esta íntima relación con el río no solo moldeó la economía pontevedresa, sino también su estética y organización social. La necesidad de facilitar la carga y descarga de mercancías, así como el acceso a la ciudad por vía fluvial, generó la construcción de estructuras que, aunque transformadas con el tiempo, aún conservan una gran importancia para comprender el pasado de Pontevedra y su conexión con el mar. Explorar estos embarcaderos es como viajar en el tiempo.
El Embarcadero de la Cárcel
Este embarcadero, situado cerca de la antigua Cárcel, era un punto vital para el comercio fluvial de la ciudad durante siglos. Su nombre deriva de la proximidad al edificio penitenciario, utilizado también como almacén de mercancías de manera ocasional. La ubicación estratégica, junto a las murallas y el río, lo convertía en un lugar seguro y accesible para las embarcaciones.
Aunque hoy en día el embarcadero es más reducido y se utiliza principalmente para embarcaciones de recreo, aún se pueden apreciar restos de la antigua estructura y el ambiente histórico que lo caracterizaba. La zona conserva la sensación de un lugar donde la vida cotidiana y el comercio se entrelazaban constantemente. Un paseo por esta zona permite imaginar el ir y venir de barcos cargados de productos variados.
La reconstrucción de esta zona ha intentado mantener la esencia histórica, incorporando modernas instalaciones sin desvirtuar su carácter auténtico. Se ha creado un espacio público donde los ciudadanos y turistas pueden disfrutar de las vistas al río y aprender sobre el pasado de Pontevedra.
El Muelle de la Ribera
El Muelle de la Ribera es uno de los embarcaderos más emblemáticos del casco antiguo, que a lo largo de los siglos ha servido como centro neurálgico para el comercio y la actividad portuaria de Pontevedra. Su larga historia se remonta a la Edad Media, cuando albergaba mercados y almacenes. La actividad comercial era intensa, con barcos provenientes de diferentes lugares que descargaban productos como vino, sal y madera.
En la actualidad, el Muelle de la Ribera ha experimentado una profunda transformación, convirtiéndose en un vibrante espacio de ocio y cultura. Su restauración ha mantenido su carácter tradicional, conservando la arquitectura original y añadiendo nuevos elementos que lo hacen accesible y atractivo para todos los públicos. La restauración ha resaltado los elementos arquitectónicos originales.
Hoy en día, es un lugar ideal para pasear, disfrutar de la gastronomía local en sus numerosos bares y restaurantes, o admirar la belleza del río Lérez. Se organizan regularmente eventos culturales y actividades de ocio que animan la vida del casco antiguo y atraen a visitantes de todas partes.
El Malecón
El Malecón de Pontevedra, un paseo marítimo que bordea el río Lérez, se ha convertido en uno de los puntos más populares del casco antiguo. Aunque no es un embarcadero propiamente dicho en el sentido tradicional, su origen está ligado a la necesidad de facilitar el acceso al río y a los embarcaderos, así como de proporcionar un espacio público para el paseo y el disfrute de los ciudadanos. Su construcción data del siglo XIX, y ha sido objeto de varias remodelaciones a lo largo del tiempo.
Hoy en día, el Malecón es un lugar de encuentro para los pontevedreses y los turistas, con una amplia oferta de servicios y actividades. Se pueden encontrar bares, restaurantes, tiendas y heladerías, así como zonas verdes y bancos para descansar. La renovación del Malecón ha mejorado su accesibilidad y seguridad, convirtiéndolo en un espacio más inclusivo y atractivo para todos.
Una de las características más destacadas del Malecón es su cuidado diseño paisajístico, con árboles, flores y jardines que crean un ambiente agradable y relajante. La vegetación proporciona sombra y frescura en los meses de verano, y contribuye a mejorar la calidad del aire.
El antiguo puerto de pescadores

Aunque desaparecido como tal, el antiguo puerto de pescadores de Pontevedra dejó una huella imborrable en el casco antiguo. Ubicado en una zona cercana al actual mercado municipal, este puerto fue durante siglos el principal sustento de muchas familias pontevedresas. La pesca era una actividad económica fundamental para la ciudad, y el puerto era el centro de esta actividad.
Con el tiempo, el puerto de pescadores fue perdiendo importancia debido a diversos factores, como la disminución de la población piscícola y la modernización de las técnicas de pesca. La construcción de nuevos puertos en otras localidades cercanas también contribuyó a su declive. La desaparición del puerto no significó el olvido de su legado.
Hoy en día, la zona donde se ubicaba el antiguo puerto ha sido remodelada y transformada en un espacio público, en el que se conservan algunos vestigios de su pasado. Se pueden apreciar restos de los antiguos muelles y almacenes, así como paneles informativos que narran la historia de la pesca en Pontevedra. La memoria del puerto se mantiene viva en la tradición y la cultura de la ciudad.
El área de los Molinos
Esta zona, cercana al río Lérez, albergaba antiguamente una serie de molinos hidráulicos que utilizaban la fuerza del agua para moler grano. La instalación de estos molinos estaba directamente relacionada con la necesidad de abastecer de harina a la población de Pontevedra y a las localidades cercanas. La energía hidráulica era fundamental.
Aunque la mayoría de los molinos han desaparecido con el tiempo, aún se pueden encontrar algunos vestigios de su estructura y su funcionamiento. Estos vestigios nos permiten imaginar cómo era la vida en Pontevedra en el pasado, cuando la actividad industrial estaba estrechamente ligada al río y a la naturaleza. La industria molinera era crucial para la etapa.
Esta zona, revitalizada en los últimos años, lucha por preservar la memoria de los antiguos molinos a través de proyectos de recuperación y restauración de los restos existentes. La conservación de estos elementos arquitectónicos es importante para mantener vivo el recuerdo de un pasado laborioso y tradicional.
Conclusión
La exploración de los embarcaderos históricos del casco antiguo de Pontevedra es una oportunidad única para adentrarse en el corazón de su pasado. Estas estructuras, que antaño fueron centros neurálgicos de la actividad comercial y económica de la ciudad, hoy en día nos permiten comprender mejor su evolución y su relación con el río Lérez. El patrimonio histórico que albergan es inestimable.
En definitiva, los embarcaderos de Pontevedra no son solo vestigios de un pasado remoto, sino también símbolos de la identidad y la cultura de la ciudad. Su conservación y promoción son fundamentales para garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de este legado histórico y cultural. La importancia de su preservación es vital para el futuro de la ciudad.