
El Entroido es una de las fiestas más arraigadas y tradicionales en Galicia. Con una rica historia que se remonta a la Edad Media y a las costumbres paganas, el Entroido es mucho más que una simple celebración; es un reflejo profundo de la identidad y el folclore gallego. Durante esta festividad, las comunidades se preparan con semanas de anticipación, elaborando disfraces, máscaras y preparando elaboradas comidas y dulces. Sin embargo, la forma en que se celebra el Entroido varía significativamente dependiendo de si se vive en una zona rural o en una ciudad, generando dos expresiones culturales muy distintas.
El Entroido gallego es un festivo que combina elementos paganos, cristianos y populares, creando una experiencia única. Su objetivo principal es el desmitificación del invierno, simbolizado por la destrucción de un «malduciño» (un muñeco que representa el mal invierno) y la llegada de la primavera. Esta celebración ancestral, con su particular idiosincrasia, continúa viva hoy en día, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia.
La Mayoría de las Celebraciones Rurales: La “Semana Grande”
La tradición rural del Entroido se centra principalmente en la “Semana Grande”, un periodo de intensa actividad y celebración. La indumentaria característica de este tipo de celebración es el uso de disfraces elaborados a mano, a menudo con materiales reciclados y un fuerte componente de humor y sátira. Los participantes se disfrazan de viejos, de animales, de personajes históricos o de situaciones cotidianas, participando en desfiles, bailes y juegos tradicionales.
La esencia de la Semana Grande rural reside en la participación comunitaria y en la sensación de colectividad. Las familias se unen para crear los disfraces, se organizan las comidas y las fiestas, y se comparte la alegría de la celebración. Es un tiempo para reconectar con las raíces, con la propia comunidad y con la historia local. Además, la mayoría de las festividades rural se acompañan de romerías y procesiones religiosas, una mezcla entre la fe y las costumbres locales.
La música y la danza también son elementos centrales de la Semana Grande rural. Se bailan pasodubs, gaita, y otras danzas tradicionales que se transmiten de generación en generación, manteniendo viva la memoria cultural. Los bailes suelen ser espontáneos y participativos, fomentando la integración de todos los miembros de la comunidad.
El Entroido Urbano: Máscaras y Chupafritas
El Entroido en las ciudades gallegas se distingue por la importancia de las máscaras, especialmente las de las “Aguas Santas”. Estas máscaras, muy elaboradas y representativas de personajes populares (como el Carballal, el Rebelo o el Greco), son el elemento central de las celebraciones urbanas. Se caracterizan por su gran tamaño y por el uso de materiales como cartón, tela y papel maché, adornadas con colores vivos y elementos simbólicos.
La tradición del Entroido urbano está íntimamente ligada a la figura del «Chupafritas», un personaje arquetípico que utiliza una máscara para robar dulces a los niños durante las fiestas. El «Chupafritas» es el principal animador de las calles, introduciendo un elemento de alegría y picardía en la celebración. El juego del «Chupafritas» es una parte fundamental del Entroido urbano, reforzando el sentido de comunidad y de diversión.
En las ciudades, el Entroido urbano suele incluir desfiles de máscaras más organizados y elaborados que en las zonas rurales. Estos desfiles, a menudo acompañados de música y animación callejera, atraen a un gran número de visitantes y son una importante atracción turística. También se organizan eventos culturales, como exposiciones de máscaras, talleres de elaboración de disfraces y representaciones teatrales.
La Gastronomía: Un Reflejo de las Diferencias

La gastronomía del Entroido también varía significativamente entre las zonas rurales y urbanas. En el entorno rural, la comida suele ser más sustancial y tradicional, con platos elaborados con productos locales como el maíz, la patata, la carne de cerdo y el queso. Los dulces típicos, como los “alfarines” o los “turróns”, son una parte esencial de la celebración.
Por otro lado, en las ciudades, la gastronomía del Entroido tiende a ser más variada y moderna, con una influencia de otras culturas y tendencias gastronómicas. Se pueden encontrar desde las tradicionales “telas” (un tipo de bizcocho relleno de crema) hasta elaboradas creaciones culinarias con ingredientes internacionales. La oferta gastronómica del Entroido urbano refleja la diversidad de la ciudad y su apertura a nuevas influencias.
En ambos casos, la comida es un elemento central de la celebración, compartido en familia y con amigos. Las comidas y las meriendas durante el Entroido son una oportunidad para disfrutar de la buena mesa y de la compañía de los seres queridos.
La Importancia de las Fiestas de Carnaval
Aunque la Semana Grande rural y el Entroido urbano son las expresiones más destacadas de la fiesta, también es importante mencionar las Fiestas de Carnaval. Estas fiestas, que se celebran en la última semana de febrero antes de la Cuaresma, complementan y enriquecen el Entroido, proporcionando un marco festivo adicional. En algunas zonas, las Fiestas de Carnaval se integran en la Semana Grande rural, mientras que en otras se celebran de forma independiente.
Las Fiestas de Carnaval suelen incluir desfiles, bailes, concursos de disfraces y otras actividades lúdicas. Son un momento de celebración y de desenfreno, donde se pueden disfrutar de la compañía de amigos y familiares. Las Fiestas de Carnaval contribuyen a la vitalidad del Entroido y a su importancia como fiesta popular.
Conclusión
El Entroido en Galicia es una fiesta vibrante y multifacética, que se manifiesta de manera diferente en las zonas rurales y urbanas. La Semana Grande rural, con sus disfraces elaborados a mano y su fuerte sentido de comunidad, ofrece una visión auténtica de las tradiciones gallegas. Mientras que el Entroido urbano, centrado en las máscaras y el «Chupafritas», refleja la modernidad y la diversidad de las ciudades.
Ambas expresiones culturales, aunque distintas, comparten un mismo origen y un mismo espíritu: el de la desmitificación del invierno y la celebración de la vida. La riqueza y la diversidad del Entroido galego son un testimonio de la fuerza de las tradiciones populares y de su capacidad para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. La celebración, en definitiva, es un pilar fundamental de la identidad gallega.