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Qué celebraciones tradicionales gallegas son declaradas patrimonio

20/02/2025
Galicia exhibe un rico legado cultural

Galicia, tierra de celtas y leyendas, atesora un rico calendario de fiestas tradicionales que reflejan su historia, su cultura y su profunda conexión con la naturaleza. Estas celebraciones, transmitidas de generación en generación, son mucho más que simples eventos festivos; son expresiones vivas de la identidad gallega, donde la música, la danza, la gastronomía y el folclore se entrelazan para crear atmósferas únicas e inolvidables.

La importancia de preservar estas tradiciones ha llevado a que algunas de ellas sean reconocidas como Bienes de Interés Cultural (BIC) o incluso declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de Galicia, o incluso a nivel internacional. Este reconocimiento no solo valida su valor intrínseco, sino que también implica un compromiso con su conservación y difusión para las futuras generaciones, manteniendo vivas las raíces de un pueblo.

El Entroido

El Entroido gallego es, sin duda, una de las fiestas más antiguas y arraigadas de la región, con orígenes paganos y una fuerte carga de simbolismo. A diferencia de otros carnavales, el Entroido gallego se extiende por un período mucho más largo, a menudo desde el «Domingo de Entroido» hasta el «Martes de Carnaval», llenando las calles de color, música y desenfreno.

Cada localidad tiene sus propias particularidades, pero elementos comunes incluyen los disfraces elaborados, los desfiles satíricos, el «xantar» (comida copiosa) y los rituales para ahuyentar a los malos espíritus. Destacan especialmente las celebraciones del Entroido de Xinzo de Limia, reconocido con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional, donde los peliqueiros (personajes enmascarados con trajes coloridos y campanas) son los protagonistas.

La creciente popularidad del Entroido gallego ha llevado a un aumento del turismo cultural, generando beneficios económicos para las comunidades locales y contribuyendo a la promoción de la cultura gallega a nivel nacional e internacional. Sin embargo, es fundamental mantener la autenticidad de esta fiesta y evitar su comercialización excesiva.

La Romería de la Virgen de la Barca

La Romería de la Virgen de la Barca, celebrada en Muxía, es una de las más importantes de Galicia y un ejemplo paradigmático de la devoción mariana gallega, profundamente ligada al mar y a la tradición. Cada año, miles de peregrinos acuden a este santuario para rendir homenaje a la Virgen, cuya imagen fue encontrada en una barca en el año 1682.

La Romería se caracteriza por el ritual de pasar por debajo del «pedrón», una enorme roca que se considera sagrada y donde se realizan ofrendas y peticiones. El aire se llena con el sonido de las gaitas, las canciones y las oraciones, creando un ambiente de fervor y espiritualidad. La ofrenda floral y marítima, donde se lanzan flores al mar, es otro de los momentos más emotivos.

Aunque el santuario sufrió graves daños tras el naufragio del petrolero Prestige en 2002, fue reconstruido y la Romería continúa siendo un símbolo de la resiliencia y la fe de la comunidad de Muxía. La mejora de las infraestructuras y la promoción turística han contribuido a su revitalización.

La Festa da Auga de Arcos

La Festa da Auga de Arcos, en Valga (Pontevedra), es una celebración única y peculiar centrada en el agua, elemento vital y protagonista indiscutible de la fiesta, vinculada a la fertilidad y la purificación. Su origen se remonta a antiguas costumbres relacionadas con el agua como fuente de vida y prosperidad.

El punto culminante de la fiesta es el «choque de toldos», un divertido y caótico enfrentamiento en el que los participantes, empapados hasta los huesos, intentan arrebatarles los toldos a sus rivales utilizando agua, esponjas y cualquier otro elemento disponible. Este ritual, lleno de alegría y humor, simboliza la lucha por la abundancia y la buena cosecha.

La Festa da Auga de Arcos, declarada Fiesta de Interés Turístico de Galicia, se ha convertido en un atractivo turístico importante para la comarca, atrayendo a visitantes de todas partes y contribuyendo a la dinamización económica de la zona. El respeto al medio ambiente es un aspecto cada vez más importante en la organización de la fiesta.

La Apóstol de Santiago

Galicia celebra su rica tradición festiva

La Apóstol de Santiago, celebrada el 25 de julio, es la fiesta más importante de la ciudad de Santiago de Compostela, marcada por la conmemoración del día de la translación del Apóstol Santiago, cuyo cuerpo, según la tradición, fue descubierto en el siglo IX. Es una fiesta de profunda religiosidad y gran esplendor.

La jornada festiva comienza con la Misa del Gallo en la Catedral, seguida de una procesión que recorre las calles del casco antiguo de la ciudad, iluminadas con miles de antorchas. Los «porteiros», vestidos con trajes tradicionales, ofrecen su habilidad en la manipulación de bastones a lo largo del recorrido, representando una antigua práctica de protección a los peregrinos.

El gran espectáculo de fuegos artificiales que ilumina la fachada de la Catedral el 25 de julio es el broche final de una jornada repleta de emociones y simbolismo. La Apóstol atrae a miles de peregrinos y turistas de todo el mundo, consolidando a Santiago de Compostela como un importante centro de peregrinación y turismo religioso.

Las Cruces de Mayo

Las Cruces de Mayo, celebradas a principios de mayo, son una fiesta de origen celta, pero fuertemente influenciada por el cristianismo, que honra la Cruz como símbolo de la resurrección de Cristo y la esperanza. Es una fiesta de colorido, flores y música tradicional.

En Galicia, las Cruces de Mayo se caracterizan por la elaboración de cruces adornadas con flores, papel de colores y otros elementos decorativos. Estas cruces se colocan en plazas, calles y jardines, creando un ambiente festivo y alegre. Las procesiones, acompañadas de gaitas y cantos tradicionales, son otro de los elementos distintivos de esta fiesta.

Las Cruces de Mayo representan una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios y revitalizar la cultura local. La participación de los vecinos en la elaboración de las cruces y en las celebraciones es fundamental para mantener viva esta tradición.

Conclusión

Las fiestas tradicionales gallegas son un legado invaluable que debemos proteger y promover. Su declaración como patrimonio cultural, en sus diversas formas de reconocimiento, es un paso importante para asegurar su supervivencia, pero es esencial que la sociedad gallega se involucre activamente en su conservación.

La clave para el futuro de estas celebraciones reside en encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación, adaptándolas a los nuevos tiempos sin perder su esencia. Fomentar la participación de las generaciones más jóvenes, apoyar a las comunidades locales y promover el turismo responsable son estrategias fundamentales para garantizar que las fiestas tradicionales gallegas sigan siendo un símbolo de la identidad y la riqueza cultural de esta tierra.