
La Romería de Ourense, una de las fiestas más arraigadas en la cultura gallega, es mucho más que música, puestos de feria y un ambiente festivo. A lo largo de sus más de cuatro siglos de historia, ha ido acumulando un rico bagaje de historias, anécdotas y, por supuesto, leyendas urbanas que se transmiten de generación en generación. Estas narrativas, a menudo exageradas o basadas en hechos distorsionados, forman parte esencial del imaginario colectivo de la fiesta y contribuyen a su singularidad y misterio.
Entender estas leyendas urbanas no es solo un ejercicio de curiosidad folclórica, sino también una forma de comprender cómo la sociedad interpreta y reinterpreta su propia historia. La Romería de Ourense es un espejo de las preocupaciones, los miedos y las esperanzas del pueblo ourensano, y las leyendas son una ventana a esas profundidades culturales. Explorar estos relatos nos permite apreciar la complejidad de una fiesta que, a pesar de su larga tradición, sigue evolucionando y adaptándose a los tiempos.
El origen del «Petón» y su conexión con la plaza
Existe una leyenda que asocia el origen del «Petón», la figura que sigue al alcalde en la cabalgata inaugural, con un castigo medieval. Se dice que antiguamente, el Petón representaba a un ladrón que robó las joyas de la catedral y fue condenado a seguir al representante del poder, como símbolo de su humillación. La veracidad histórica es cuestionable, pero la historia se mantiene viva como una explicación humorística del peculiar rol del Petón.
Otra versión, más reciente, sugiere que el Petón surgió como una representación del pueblo que acompaña y observa al poder político, recordándole su origen y responsabilidad. Esta interpretación se vincula a la tradición de las fiestas populares como espacios de participación y reivindicación ciudadana. El protagonista, ataviado con ropas coloridas y un sombrero distintivo, es una figura presente e inconfundible.
La plaza Mayor, corazón de la Romería, también es escenario de sus propias leyendas. Algunas hablan de túneles secretos que conectaban la plaza con el Miño, utilizados para contrabandear o como refugio en tiempos de guerra. Aunque no existen pruebas sólidas de su existencia, estas historias alimentan el misterio y la curiosidad sobre el subsuelo de Ourense.
La maldición de la Carpa y los percances en las atracciones
Una de las leyendas más persistentes gira en torno a la Carpa Principal, el recinto donde se celebran los bailes y conciertos. Se dice que la Carpa está maldita debido a la construcción sobre un antiguo cementerio o lugar sagrado. Se rumorea que incidentes inexplicables, como fallos eléctricos o accidentes menores, son consecuencia de esta maldición.
Estas historias se refuerzan con anécdotas sobre percances en las atracciones de feria. Fallos mecánicos, pequeños accidentes o incluso desapariciones momentáneas de objetos personales se atribuyen a la influencia de fuerzas sobrenaturales que revolotean en el ambiente festivo. Estas supersticiones son comunes en los entornos de feria, donde la adrenalina y la emoción intensifican la susceptibilidad a lo inexplicable.
Además, existe la creencia popular de que la Carpa está protegida por un espíritu benévolo que vela por la seguridad de los asistentes, contrarrestando la influencia negativa de la presunta maldición. Esta idea añade una capa de complejidad a la leyenda y refleja la dualidad entre el miedo y la esperanza que caracteriza a muchas narrativas populares.
Los mensajes ocultos en la música de la banda municipal

Corren rumores sobre la banda municipal de Ourense y su repertorio. Se dice que ciertos temas musicales contienen mensajes ocultos dirigidos a los miembros de la sociedad ourensana, ya sean críticas políticas, indirectas personales o profecías sobre el futuro de la ciudad. Estas interpretaciones, basadas en la simbología musical y en el contexto social, añaden una dimensión intrigante a los conciertos de la Romería.
Algunos afirman que la banda, a través de melodías sutiles y cambios de ritmo, expresa su opinión sobre los acontecimientos locales, desafiando la autoridad o apoyando causas justas. Esta leyenda subraya el papel de la música como vehículo de expresión y resistencia social, especialmente en contextos donde la libertad de expresión está limitada.
Existe también la idea de que los compositores de las piezas musicales originales para la Romería dejan pistas cifradas que solo pueden ser descifradas por los iniciados, creando una especie de juego intelectual para los melómanos más perspicaces. Esta interpretación eleva la música a la categoría de arte hermético y enigmático.
El Ángel de la Guarda y las apariciones en el puente
Una leyenda recurrente habla de la aparición de un Ángel de la Guarda en el puente viejo de Ourense durante la Romería. Se dice que el ángel se manifiesta para proteger a los asistentes y prevenir accidentes, especialmente en las zonas más concurridas y peligrosas. Esta creencia refleja la profunda religiosidad popular y la necesidad de encontrar consuelo y seguridad en momentos de celebración y aglomeración.
Relacionado con esto, existen testimonios de personas que aseguran haber visto luces extrañas o figuras translúcidas cerca del puente, interpretándolas como señales de la presencia angelical. Estas experiencias subjetivas, alimentadas por la atmósfera festiva y la sugestión colectiva, contribuyen a perpetuar la leyenda.
Esta leyenda también se ha vinculado a la historia de un salvamento milagroso ocurrido en el puente en una edición anterior de la Romería, donde un ángel habría salvado a un niño que estaba a punto de caer al río. La narración de este suceso se ha transmitido oralmente, reforzando la creencia en la protección divina durante la fiesta.
Conclusión
Las leyendas urbanas de la Romería de Ourense son mucho más que simples cuentos populares. Son un reflejo de la historia, la cultura y las creencias del pueblo ourensano, adaptadas y reinterpretadas a lo largo de los siglos. Estas narrativas, a menudo fantásticas y exageradas, enriquecen la experiencia festiva y contribuyen a crear una atmósfera única y especial.
En definitiva, la Romería de Ourense, con sus leyendas y tradiciones, es un ejemplo paradigmático de cómo las fiestas populares son capaces de mantener viva la memoria colectiva y de transmitir valores y creencias de generación en generación. Preservar estas historias es fundamental para comprender y valorar la riqueza cultural de esta fiesta y su importancia para la identidad de Ourense.