
Pontevedra, ciudad gallega por excelencia, es un destino ideal para aquellos que buscan una experiencia turística diferente y auténtica. Alejada de los circuitos más masificados, ofrece una combinación perfecta de historia, gastronomía y naturaleza, todo ello en un ambiente tranquilo y acogedor. Prepárense para un día lleno de energía y descubrimientos en una ciudad pensada para el paseo y el disfrute.
Esta ciudad, declarada a menudo como un ejemplo de urbanismo innovador, invita a ser descubierta a pie o en bicicleta, permitiendo que el visitante se sumerja en su singular atmósfera. Desde su casco histórico, impecablemente conservado, hasta sus alrededores naturales, cada rincón de Pontevedra tiene algo que ofrecer. A continuación, exploraremos una propuesta para aprovechar al máximo un día de turismo activo en esta joya gallega.
El Casco Histórico: Un Paseo por el Tiempo
El corazón de Pontevedra late en su casco histórico, un laberinto de calles peatonales repletas de arquitectura medieval y renacentista. Este espacio, libre de tráfico, invita a perderse entre sus plazas y rincones, contemplando la belleza de edificios como la Iglesia de la Peregrina, una joya del barroco gallego con su singular planta en forma de vieira.
No se puede dejar de visitar la Plaza de la Leña, un espacio vibrante donde se concentran bares y restaurantes con terrazas, ideal para hacer una pausa y disfrutar de un aperitivo. La plaza es un excelente lugar para observar la vida cotidiana de los pontevedreses y empaparse de su ambiente relajado y hospitalario.
El Museo de Pontevedra, ubicado en el antiguo convento de San Francisco, es una parada obligatoria para comprender la historia y la cultura de la ciudad y de la región. Sus colecciones abarcan desde arqueología y bellas artes hasta etnografía, ofreciendo una visión completa del patrimonio gallego.
La Ría de Pontevedra: Aventuras Acuáticas
La Ría de Pontevedra ofrece un escenario perfecto para los amantes de los deportes acuáticos y el contacto con la naturaleza. Aquí se pueden practicar actividades como kayaking, paddle surf o navegación a vela, descubriendo la ría desde una perspectiva diferente y disfrutando de sus paisajes.
Los amantes de la ornitología encontrarán en la ría un paraíso para la observación de aves, con una rica fauna aviar que incluye numerosas especies de limícolas y aves marinas. Se pueden realizar paseos en barco para acercarse a las islas y los estuarios, observando la avifauna en su hábitat natural.
Para aquellos que prefieren un plan más relajado, un paseo en barco por la ría al atardecer es una experiencia inolvidable. La luz dorada del sol se refleja en el agua, creando un ambiente mágico y romántico.
El Monte Filgueira: Vistas Panorámicas
El Monte Filgueira, conocido como el pulmón verde de Pontevedra, es un espacio natural protegido que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y de la ría. Una subida a este monte, ya sea a pie o en bicicleta, es una excelente forma de hacer ejercicio y disfrutar del paisaje.
En la cima del monte se encuentra un área recreativa con mesas y bancos, ideal para hacer un picnic y relajarse. También cuenta con un mirador desde donde se puede contemplar la belleza de la ría y de los alrededores de Pontevedra. El monte es un lugar perfecto para desconectar de la ciudad y conectar con la naturaleza.
El sendero que conduce a la cima del Monte Filgueira es de dificultad moderada, lo que lo hace accesible para la mayoría de las personas. El recorrido ofrece la oportunidad de descubrir la flora y la fauna local, así como de disfrutar del aire puro de la montaña.
Gastronomía Pontevedresa: Un Festín para el Paladar

La gastronomía pontevedresa es un claro reflejo de su rica tradición marinera y agrícola. Los platos a base de marisco fresco, como las ostras, los mejillones y la centolla, son una delicia para los sentidos. La cuidadosa preparación y la frescura de las materias primas convierten cada bocado en una experiencia inolvidable.
Además del marisco, la carne gallega, especialmente el solomillo de ternera, es otro de los platos estrella de la cocina pontevedresa. La combinación de sabores y texturas, acompañada de un buen vino gallego, es una propuesta irresistible para los amantes de la buena mesa.
Para completar la experiencia gastronómica, no se puede dejar de probar los dulces típicos de la región, como la tarta de Santiago o las filloas. Estos postres, elaborados con ingredientes locales y recetas tradicionales, son el broche final perfecto para un día de turismo en Pontevedra.
Rutas Ciclistas: Descubriendo los Alrededores
Pontevedra cuenta con una extensa red de carriles bici que permiten explorar los alrededores de la ciudad de forma segura y sostenible. Estas rutas, que discurren por antiguos trazados de ferrocarril reconvertidos en vías verdes, ofrecen la oportunidad de descubrir paisajes naturales y pueblos con encanto.
La ruta de la ría, que bordea la costa, es una de las más populares entre los ciclistas. El recorrido ofrece vistas impresionantes de la ría y permite acceder a playas y calas escondidas. Es una ruta ideal para disfrutar del aire libre y del contacto con el mar.
Otra ruta interesante es la que conduce al monasterio de Souto, un antiguo conjunto monástico con una rica historia y una impresionante arquitectura. El recorrido discurre por un entorno rural tranquilo y ofrece la oportunidad de conocer la vida en el campo gallego.
Conclusión
Un día de turismo activo en Pontevedra es una experiencia enriquecedora que permite descubrir la ciudad desde una perspectiva diferente. La combinación de historia, naturaleza y gastronomía, junto con la hospitalidad de sus gentes, la convierten en un destino inolvidable. Desde el paseo por su casco histórico hasta la aventura en la ría, cada momento en Pontevedra es una oportunidad para conectar con la esencia de Galicia.
Pontevedra es una ciudad que sorprende y enamora a aquellos que la visitan. Su apuesta por la sostenibilidad, el urbanismo innovador y la promoción del turismo activo la convierten en un modelo a seguir. Sin duda, una visita a Pontevedra es una inversión en experiencias y recuerdos que perdurarán en el tiempo.